Hoy se atraviesan peligrosos obstáculos en el sendero de la paz y la reconciliación, en el camino de incluir a los colombianos sin distingo de clase, de color o raza, de género, de creencias políticas o religiosas en el gran proyecto de la paz con justicia social.
Colombia ha transitado por épocas luminosas y épocas lúgubres. Nuestra gesta emancipadora le dió vida a una nación que no termina de ser el país soñado para todos. Firmamos un Acuerdo de Paz, reconocido y ponderado mundialmente como uno de los esfuerzos de reconciliación más serios y completos jamás realizados. Luego de más de medio siglo de guerra interna, por fin vislumbramos un camino distinto al de las armas para dirimir nuestras diferencias, para que nunca más se perdiera la vida en el intento por cambiar el estado de cosas políticas, económicas y sociales.
Hoy se atraviesan peligrosos obstáculos en el sendero de la paz y la reconciliación, en el camino de incluir a los colombianos sin distingo de clase, de color o raza, de género, de creencias políticas o religiosas en el gran proyecto de la paz con justicia social. No cesan los asesinatos contra líderes de las comunidades, se revive la amenaza desde altos círculos del poder, desatando con esto los demonios del paramilitarismo, la estigmatización por razones políticas, la persecución y el crimen.
Advertimos que Colombia está siendo gobernada no desde el Palacio de Nariño, sino desde la bancada parlamentaria del partido Centro Democrático en cabeza del senador Álvaro Uribe Vélez. Desde ahí proviene la campaña por destruir los Acuerdos de Paz, las descalificaciones y ataques sistemáticos contra el Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y Garantías de no Repetición. Desde la bancada uribista provienen la descalificación y los intentos por desacatar a las altas Cortes Constitucional y Suprema de Justicia.
¿Estamos asistiendo a un golpe de estado “suave” al presidente electo Iván Duque por parte de su propio partido, el Centro Democrático?
En medio de esta ofensiva contra la construcción del nuevo país sobre la base de la reconciliación, se ha intentado cubrir con el manto de la ignominia a reconocidos líderes hombres y mujeres del partido FARC. Ningún montaje podrá manchar el nombre de aquellos que han entregado la vida, sin ninguna contraprestación, en nombre de la libertad, de la justicia, de la igualdad. Nuestros dirigentes lo son, en razón de su entrega incansable a los intereses del pueblo colombiano. Todo intento por manchar sus nombres y el del partido FARC se desvanecerá en las murallas del altruismo que ha guiado nuestras vidas.
Millones de colombianos nos alzaremos en lucha legítima y legal en defensa del Acuerdo de paz, en defensa de la vida, en defensa de los derechos políticos, económicos, sociales y culturales que hoy son patrimonio de la humanidad. Colombia cambió y cambió para siempre, no permitiremos el regreso de la “seguridad democrática” que dejó millones de desplazados, miles de masacres, guerra, muerte y desolación. La plaza de Bolívar repleta en defensa de la JEP, la lucha de nuestros hermanos en la Minga social por la defensa de la vida, el territorio y la paz, cientos de manifestaciones por todo el país, así lo demuestran.
Nos espera la época luminosa, donde construiremos entre todos los colombianos el país de la participación, de la cultura, del disfrute pleno del buen vivir.
Consejo Político Nacional
Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, FARC
Bogotá 26 de Marzo de 2019