Así conmemoramos el cuarto aniversario del Camarada Alfonso Cano

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Por Patricia González

Al ordenar mis ideas sobre este día de conmemoración me invade una mezcla de congoja y emoción. Era sábado 7 de noviembre cuando buena parte de la unidad a la que pertenezco nos congregamos a recordar un año más de la partida física del Camarada Alfonso. Desde el día anterior, muy temprano, empezaron a llegar los camaradas de las distintas comisiones.

Saludos efusivos, sonrisas amables, besos sonoros, manos estrechándose con satisfacción por este nuevo reencuentro. La muchachada continuó llegando hasta altas horas de la noche. En el transcurso del día vimos a Juliet moverse de lado a lado, dando instrucciones, corrigiendo detalles, realizando formaciones, poniendo en orden todo cuanto estaba a su alcance. La agotadora jornada fue satisfactoria para todos, en la expresión de los camaradas se reflejaba algo especial.

Al día siguiente nos despertó el cantor Cristián Pérez con su hermosa voz ronca y su sentimiento, Convoco el secreto de la lombriz de tierra y la táctica de guerra del comején, la camisa civil del miliciano libre que está de guardia en un barrio bloqueando el tren, convoco las redes…. Fuimos pasando al aula al son de esa y muchas otras canciones escogidas para este día, unos echando cuentos e historias, otros degustando el sabor de un tintico caliente. La alborada culminó con la voz de Silvio Rodríguez, Si no creyera en lo que creo, si no creyera en lo más puro, si no creyera en quien me escucha, si no creyera en el que lucha, que cosa fuera…

A las 7 en punto de la mañana iniciamos la programación establecida, entonando el himno de las FARC-EP. Luego se hizo una ofrenda floral, muy sentida, con un fondo musical precioso ajustado a la ocasión, Los sonidos del silencio, con sus voces. En representación de los estudiantes del curso de filosofía, Kelly y Gabriel dijeron unas palabras muy bonitas. Luego se gritaron varias consignas y hubo vivas a la memoria del camarada Alfonso. Cerramos con un minuto de aplausos.

Dimos inicio al estudio del pensamiento del Camarada Alfonso Cano, bajo la dirección del maestro de filosofía, quien organizó un buen método de análisis con la participación de todos. El personal estuvo muy atento, se percibió mucha alegría, compañerismo y complicidad en el momento de las preguntas y respuestas. Casi todos expusimos acerca de algún rasgo del pensamiento del Camarada Alfonso, con el sencillo alcance de nuestro verbo, desarrollando ideas como la construcción de una nueva sociedad en paz en Colombia, el respeto a los derechos humanos, los derechos de la humanidad, el derecho a la vida, el por qué algunos son muy pobres y otros exageradamente ricos, entre otras.

Cada hora realizábamos un receso y se distribuía una cerveza al personal. La guardia se relevaba normalmente, 5 guardias salían, 5 entraban, todo en completo orden. El fondo del salón estaba decorado con dos grandes afiches con la imagen del camarada Alfonso y dos banderas, la del Partido Comunista Clandestino y la de las FARC. En el centro había una mesita con la ofrenda floral y al lado derecho una cartelera con el título “¡Comandante Alfonso Cano!… ¡Presente!”. En ella estaban pegadas fotografías suyas en diversos momentos de épocas pasadas.

El acto fue clausurado por el mando, con su estilo característico, dando cuenta de un saludo que nos hacía llegar desde La Habana el Camarada Timo. Al hablar, se aferraba con sus manos a los arneses y mecía su chaleco de arriba abajo. A las 11 y 30 salimos a almorzar, escuchando música fariana como fondo.

En horas de la tarde vimos varias grabaciones en video del Camarada Alfonso, en las que nos llamaba la atención sobre muchos temas, la paz dialogada, las injusticias y desigualdades, el ruido de las armas y las bombas, la prepotencia del gobierno, la defensa de los valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio, la fidelidad a nuestros principios éticos, la unidad, la lucha por nuestros sueños, etc. También vimos videos de homenajes de años anteriores. Hacía calor, la hora era pesada, pero la gente estuvo a la altura y muy pendiente.

En horas de la noche celebramos la hora cultural recreativa, organizada con preguntas sencillas sobre la biografía del camarada. Hubo participación de cantores, poetas, algunos dijeron palabras muy bonitas a la memoria del combatiente revolucionario, del comunista integral, del hombre ejemplar, un espacio cultural bastante emotivo e integrador.

El conjunto de la jornada vivida me llena de mil evocaciones, me conduce a expresarles que pudieron matar al hombre, pero no sus principios, ni sus ideales. Que no pudieron matar la justa rebeldía que anima a todos los combatientes farianos. Que no hemos perdido el tiempo levantándonos en armas, que hemos ascendido mucho como seres humano.

Montañas de Colombia, 10 de noviembre de 2015..

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