Cuando hablamos de transitar hacia el cambio lo hacemos en los términos de que toca reformar algunas de las estructuras vigentes en el país, las mismas que han sido afectadas por las políticas neoliberales que han desnaturalizado los derechos, convirtiéndolos en mercancías, por lo que el Estado renunció a su deber de garantizar el pleno e integral acceso a la vida, la salud, entre otros derechos básicos. En ese caso, como deuda histórica del Estado con la ciudadanía, es un deber comenzar a edificar algunas reformas sociales.
La Reforma a la Salud hace parte de ese andamiaje de cambios indispensables. El acceso pleno a ese derecho fundamental, lamentablemente visto en los últimos años más como un negocio, es un necesario paso para cimentar la nueva estructura de país que estamos llamados a construir. Aunque se han repetido muchos rumores en torno a esta propuesta de reforma, quisiera pasar a relacionar unas quizás más relevantes, sin caer en el juego de darle validez a la masificación de la mentira y la desinformación.
Primero es desmentir que se desconoce algunos avances logrados en el marco del actual sistema de salud, si bien tenemos fuertes críticas, sumado a que la crisis es irreversible, no se pretende tirar por la borda más de treinta años en donde por lo menos la cobertura ha crecido de manera exponencial. Sin embargo, a partir de las evidentes fallas es que nace la idea de reformar el sistema, esto con el fin de que, en el caso de la cobertura, esta pueda también manifestarse en una eficaz y eficiente atención, no sólo desde la perspectiva curativa, más bien, desde el enfoque preventivo y predictivo.
Asimismo, señalar que esta reforma no tiene como fin principal eliminar a las EPS. Es cierto que gran parte del debate se ha centrado en este ítem, pero, el mismo ha opacado de algún modo los otros grandes e importantes elementos que sí son prioridad en este proyecto, tal es el caso de los determinantes de la salud y los CAPS. En cuanto a los determinantes de la salud, son esas políticas públicas transversales que influyen en la salud de una comunidad, por lo que, aparte de formular recetas, los profesionales de la salud, en compañía de representantes del Estado y la sociedad, podrán influir en aspectos nodales tales como el acceso al agua potable, saneamiento básico, entre otros que son claves para la salud.
En el mismo sentido es lo que se plantea en los CAPS, centro de atención primaria que podrán de manera más operativa atender al grueso de la población de una comunidad en específico, haciendo que la calidad del servicio pueda ser de mejor nivel, en la medida que podrá enfocarse más en las particularidades que colectiva e individualmente hay respecto a un caso en particular.
La Reforma a la Salud es al tiempo una necesidad y un deber, así que, el compromiso que adquirimos, desde el primer día que nos notificaron seríamos parte del equipo de ponentes, es la de lograr que se haga una realidad, no para una victoria del Gobierno Petro, sino, para que la vida digna, con salud real, pueda llegar a reflejarse en hechos entre nuestra sociedad.